Las autoridades de Nagorno Karabaj han informado de que al menos 20 personas han muerto y casi 300 han resultado heridas por una explosión en un depósito de combustible mientras trataban de huir del enclave, después de que fuera tomado por el Ejército de Azerbaiyán.
Aunque el territorio ya está en manos de Azerbaiyán, después de operación militar iniciada el 19 de septiembre y que duró apenas 24 horas, no todos los armenios quieren salir de allí. Sin embargo, muchos otros han partido hacia Armenia y en algunas partes los atascos son kilométricos.
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, ha asegurado que los derechos de los los armenios de Nagorno Karabaj serán garantizados, pero muchos no confían en sus promesas.
Sin embargo, en el estado ex soviético la situación también es complicada con protestas contra el primer ministro Nikol Pashinián al que una parte de la sociedad armenia culpa de la situación. El mandatario señala al Kremlin y acusa a Rusia de pasividad para no quedar mal con Azerbaiyán, otro socio de Moscú, ni con Turquía, el gran apoyo de Bakú.
De momento, los Gobiernos de Armenia y Azerbaiyán parecen dispuestos a hablar y sus líderes tienen previsto reunirse el 5 de octubre en la ciudad española de Granada para abordar un tratado de paz que ponga fin a un conflicto que dura ya 30 años.