Europa pierde creyentes a marchas forzadas y las iglesias corren el riesgo de convertirse en salas de exposiciones, tiendas de ropa o salas de fiesta. Preocupados por esta deriva desacralizante, los encargados de la Basílica de San Pedro están tomando medidas para reavivar el ambiente de oración en el centro de la cristiandad. Así lo asegura, en una entrevista, el Cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica.