El 16 de diciembre el Cardenal Eduardo Pironio fue elevado a los altares en una ceremonia presidida por el Cardenal Fernando Vérgez Alzaga en la explanada de la Basílica de Nuestra Señora de Luján.“Hoy es un día de fiesta y de alegría para todos”, afirmó el purpurado, enviado especial del Papa Francisco para celebrar la beatificación. “Es un día de fiesta también para mí y para todos los que conocieron al Cardenal Eduardo Pironio”, añadió en la homilía pronunciada después de declararlo beato.