El primer destino del Papa Francisco, nada más ser elegido, fue una pequeña isla del Mediterráneo.
Lo vemos en las imágenes, navegando hacia Lampedusa.
Era un mensaje gráfico del rumbo de su pontificado, ya que iba a encontrar a los inmigrantes procedentes de África.
Una preocupación por los marginados, por quienes están en la frontera, que se mantuvo constante hasta el último día.