La parroquia romana de San Benedetto es una de las iglesias que abrieron sus puertas a judíos que se libraron así de ser deportados a Auschwitz.
El 16 de octubre de 1943, también llamado el "sábado negro", las SS hicieron una redada en el gueto de Roma. La familia de Attilio Di Veroli consiguió escapar y llamó a las puertas de esta iglesia. Les acogió el párroco, don Giovanni Gregorini.
Al final esta parroquia llegó a esconder y alojar a 40 ó 50 personas".
El padre Fabio Bartoli explica que las familias permanecieron en la iglesia hasta 1944. Los hombres vivían ahí, mientras que las mujeres se alojaban en un convento cercano.