El Papa Francisco visitó el Centro Astalli de refugiados en Roma. Comenzó saludando a los voluntarios, que el año pasado atendieron allí a más de 20.000 personas. A continuación, saludó uno a uno a 40 refugiados provenientes de diferentes países y se sentó con ellos a beber una taza de mate argentino.
Durante su discurso, recordó que es necesario servir, acompañar y defender a los refugiados.