El Papa les habló de los cuatro pilares que no pueden faltar en la formación de los sacerdotes: oración, estudio, fraternidad y apostolado.
Francisco también explicó qué significa convertirse en un buen sacerdote, en "buen pastor”. Citando a los apóstoles, habló del coraje en la predicación, la misericordia a través de los sacramentos y la oración constante. Dijo que en lo único en lo que no deben convertirse es en burócratas.
"Los místicos rusos decían que en el momento de la tribulación espiritual es necesario refugiarse bajo el manto de la Santa Madre de Dios. ¡No salgáis de ahí! Cubriros con su manto”.