Después del rezo del Ángelus del domingo 19 de enero, y con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado, el Papa Francisco dio las gracias a quienes acogen a los inmigrantes y denunció enérgicamente el tráfico de personas.
Al final, Francisco invitó de nuevo a rezar por el sufrimiento y el dolor de las personas que han tenido que dejar su tierra pasando por situaciones muy graves y difíciles.