Vivir en la Ciudad Eterna en verano no es fácil y los romanos lo saben. En cuanto llega agosto, si pueden, hacen las maletas y se marchan a lugares más frescos. Sin embargo para los animales del Zoológico no cabe esa posibilidad. Aunque no hay romanos sigue habiendo turistas. Por ello sus cuidadores deben inventar métodos que los mantengan hidratados.