Benedicto XVI ha roto los moldes al anunciar su renuncia. Después del adiós en latín, llegaron la sorpresa y la emoción, pero resulta claro que la decisión estaba muy meditada y ya había sido tomada hace tiempo. Algunos gestos durante los últimos meses permiten descubrir cómo Benedicto XVI había sido más consciente de su debilidad física.