Nada menos que 284 columnas de 16 metros de altura. Con estas cifras no es de extrañar que hayan hecho falta 4 años para restaurarlas.
Pocos saben que su arquitecto, Gian Lorenzo Bernini, se inspiró en el cuerpo humano para diseñar el impresionante conjunto.
De esta forma, la cúpula representaba la cabeza y el columnado los brazos abiertos de la Iglesia, listos para acoger a todos los peregrinos.