El Papa terminó sus ejercicios espirituales de cinco días. Por primera vez un Papa los ha celebrado en una residencia religiosa fuera de Roma.
Además, el predicador fue un párroco de Roma encargado de la formación de sacerdotes.
A las 10,30 de la mañana, el Papa partió desde allí en autobús con el resto de cardenales y obispos.
Tras unos cuarenta minutos de viaje, llegó a la Ciudad Eterna.