El Papa estuvo el domingo 6 de abril, en la parroquia de San Gregorio Magno en las afueras de Roma. La visita duró cuatro horas y terminó con una Misa.
En la homilía, el Papa habló de la resurrección de Lázaro y comparó el pecado con un sepulcro cerrado en donde el alma, prisionera, se corrompe.
Por eso dijo que todos, él incluido, deben descubrir qué partes del alma están corruptas por el pecado para liberarla.
FRANCISCO:
"Todos en silencio pensemos: ¿Qué partes del corazón se pueden corromper porque están llenas de pecados, de pecado o de algún pecado? Y quitad la piedra, la piedra de la vergüenza y dejar que el Señor nos diga, como dijo a Lázaro: ¡Sal fuera! ".