En su catequesis sobre el bautismo, ayer miércoles, el Papa explicó el ejemplo de los católicos japoneses perseguidos en el siglo XVII.
Uno de esos japoneses que sufrieron la prohibición del cristianismo fue Ukon Takayama, el samurai de Cristo. La Conferencia Episcopal Japonesa ha presentado en Roma la documentación necesaria para abrir su causa de beatificación.
Para los obispos japoneses, la vida de este samurai es un ejemplo también válido para hoy.