El pesebre de la Plaza de San Pedro, un regalo de Nápoles al Vaticano. Está junto al gran abeto de Navidad procedente de Baviera. Estos arquitectos, jardineros y, por supuesto, artistas, han dado lo mejor de sí mismos para prepararlo. Es también uno de los pesebres que más duran pues seguirá en la plaza hasta el 2 de febrero, día de la Candelaria.