La reina llegó 20 minutos tarde. En este caso, no hizo gala de puntualidad británica pero supo salir del paso con elegancia.
La reunión duró unos 20 minutos. Es el primer encuentro entre el Papa Francisco e Isabel II.
Después llegó el intercambio de regalos. La reina y el duque dieron al Papa una cesta con vinos, zumos y miel. Son productos que proceden de las propiedas reales.
El Papa les entregó un decreto promulgado por el Papa Inocencio XI que data de 1679 y que proclama santo a Eduardo el Confesor, que fue un rey inglés.
El Papa también hizo un regalo al bisnieto de la reina. Una esfera de cristal azul con una cruz de plata de Eduardo el Confesor. En la base se puede leer: "A su alteza real, el príncipe Jorge de Cambridge”.
"Tenemos el mismo nombre”.
Al duque de Edimburgo le entregó tres medallas papales de oro, plata y bronce.
"Es la única medalla de oro que he ganado en mi vida”, dijo el duque.
Al terminar el encuentro, y como es habitual, el Papa hizo una petición especial a la reina.
"Ha sido un enorme placer”.
"Rece por mí, no lo olvide”.
"No lo olvidaré”.