El Papa Francisco regresó a Roma después de pasar una semana en Brasil con motivo de la JMJ a la que asistieron casi 3 millones de peregrinos. El avión papal despegó del aeropuerto de Río y, doce horas después alcanzó Italia, a las once y media hora local. Durante el viaje, sobrevoló Brasil, Senegal, Mauritania y Argelia hasta aterrizar en el aeropuerto de Roma, Ciampino.
Nada más pisar suelo romano, el Papa se acercó a rezar a la Basílica de santa María la Mayor con un curioso regalo entre las manos que dejó sorprendidos a todos. Llevó hasta el Altar Mayor del santuario mariano una camiseta verde y un balón de playa como los que tenían en su kit del peregrino, los jóvenes italianos que asistieron a la JMJ de Brasil.