La Navidad es un tiempo para la familia y los amigos. Por eso, el Papa Francisco visitó a Benedicto XVI para desearle unas felices fiestas.
El Papa emérito, de 86 años, tenía muy buen aspecto. Caminaba apoyado en un bastón. Él mismo llevó al Papa a su capilla, donde rezaron juntos.
Después, se reunieron en privado durante una media hora.