Los capellanes de las cárceles italianas se reunieron con el Papa. Francisco les dijo que con su trabajo muestran la misericordia de Dios y traen esperanza a los encarcelados.
Además les confesó que los domingos, cuando tiene un rato libre, llama a presos de Buenos Aires. Dijo que esas conversaciones le ayudan a estar más cerca de los presos y le hacen preguntarse: “¿Por qué le pasó a él y no a mí?”.