Uno de los lugares más desconocidos de los Museos Vaticanos son sus laboratorios de restauración. Aquí cuidan de cientos de obras de extraordinario valor. Una de sus técnicas más innovadoras es el uso del láser.
La tecnología más innovadora junto al delicado y minucioso trabajo de los restauradores forman el equipo perfecto para conservar obras de arte únicas en el mundo.