Más de 300 atletas profesionales americanos se unen para mejorar el mundo. Son muchos los que han sentido la llamada de Dios en iglesias o incluso en hospitales. Chris Godfrey, sin embargo, se convirtió en un campo de fútbol americano.
Cuenta que su vida estaba vacía. Era jugador profesional de la NFL y sólo pensaba en ganar. Todo esto cambió en 1986 cuando se esperaba que su equipo, los Gigantes de Nueva York, llegaran al Superbowl.