El Nuevo Chipote, o simplemente el Chipote, se inauguró en febrero de 2019 en reemplazo de la antigua cárcel del mismo nombre, y pronto fue conocido como una cárcel de torturas, lugar donde ahora la dictadura de Nicaragua mantiene secuestrados a varios sacerdotes católicos, mientras que el Obispo de Matagalpa, Mons. Rolando Álvarez, está retenido en su casa familiar, con vigilancia y sin dejarle salir.