Antonio Gaudí, el arquitecto de la basílica de la Sagrada Familia en Barcelona, vivía intensamente su fe. Puede verse claramente en los detalles de su trabajo más importante. Gaudí no sólo buscó a Dios a través de la arquitectura y su forma de trabajar. Pudo ver a Dios a través de la creación y las personas.
Gaudí murió en 1926 a los 74 años, a causa de las heridas producidas por atropellarle un tranvía en su ciudad de Barcelona, mientras aún trabajaba en la construcción de la Sagrada Familia.
Una asociación promueve su causa de beatificación. Para que esto pueda suceder, primero se necesita que el Papa lo declare venerable y luego se demuestre un milagro realizado por su intercesión.