Después de celebrar la misa en la residencia privada de Sumaré, el Papa Francisco se trasladó, a bordo del pequeño vehículo gris, al Palácio da Cidade. Allí, ha sido recibido por el alcalde de la ciudad, Eduardo Paes. El Papa Francisco también saludó a una delegación de deportistas brasileños que le entregaron una camiseta con su nombre.