El arzobispo de Palo, la región afectada por el tifón Haiyán que arrasó Filipinas hace cuatro meses, estuvo en Roma para agradecer al Papa el apoyo prestado a través del Pontificio Consejo Cor Unum.
Desde Roma salió una delegación en febrero hasta Filipinas para demostrar la cercanía del Papa. Allí inauguraron un orfanato que incluye una residencia de ancianos y una pequeña clínica.
La Conferencia Episcopal del país puso en marcha el programa "Adopta una parroquia", para recoger fondos con los que reconstruir las 70 iglesias dañadas por el tifón.