En Caná de Galilea ocurrió el primer milagro de Jesús, la transformación del agua en vino, como es narrado en el Evangelio de San Juan. Allí, en la parroquia latina de Caná, todos los años el domingo siguiente a la fiesta del Bautismo del Señor se evoca ese primer milagro en el marco de una Eucaristía y la renovación de las promesas matrimoniales de un grupo de parejas.