El cardenal Thomas Collins, de 66 años, lleva el timón de la diócesis más grande de Toronto, Canadá, con 1,8 millones de personas. Fue nombrado arzobispo en 2007, y creado cardenal por Benedicto XVI en febrero de 2012. Es muy cercano a los jóvenes, y sigue aprovechando los buenos efectos de la Jornada Mundial de la Juventud en Toronto. Esfuerzo que está en línea con la Nueva Evangelización.