La lluvia no ha impedido que más de 35.000 peregrinos llenaran esta mañana la Plaza de San Pedro para participar en la Audiencia General. En su catequesis, el Papa León XIV recordó que el último grito de Jesús en la cruz no fue de desesperación, sino de fe y entrega, un mensaje de cercanía de Dios al sufrimiento humano y de esperanza para el mundo.