El jesuita holandés Frans van der Lugt fue asesinado de dos disparos por un grupo armado. Según el comunicado emitido por la Curia General en Roma, el sacerdote fue disparado en la cabeza frente a la casa de los jesuitas en la ciudad de Homs.
El padre van der Lugt llevaba trabajando en Siria desde 1966. Al estallar la guerra, rechazó ser evacuado del país y prefirió quedarse con la población.