Santiago Agrelo fue arzobispo en Tánger entre 2007 y 2019 y conoce muy bien la situación de los migrantes que intentan desesperadamente buscar un futuro mejor.
Aunque vive retirado en Santiago de Compostela, todavía se conmueve al recordar los episodios que vivió en Tánger. Como cuando al final de la misa un grupo de jóvenes se le acercaba para pedir su bendición.