Antes de que grandes maestros como Rafael o Miguel Ángel recorrieran las calles de Roma, el Renacimiento ya había llegado a la Ciudad Eterna gracias a otros artistas, casi todos desconocidos. Uno de ellos fue Antoniazzo Romano. Sus imágenes de la Virgen María también son muy reconocidas. Se dice que a través de ellas se se ve reflejada la belleza de muchas mujeres de la época.