El Papa habló ayer de la misericordia y del perdón al clero de Roma en el aula Pablo VI del Vaticano. Al final de la meditación les hizo una pequeña revelación. Lleva en el pecho una cruz que perteneció a un sacerdote argentino conocido por confesar a mucha gente. Incluso a Juan Pablo II en una de sus visitas a Argentina. Con simpatía, el Papa contó que le quitó la cruz del rosario. Eso sí, con un buen propósito.