11 de julio, 2013 - El Papa Francisco ha aprobado un milagro atribuido a la intercesión de Álvaro del Portillo, uno de los colaboradores más cercanos de San Josemaría Escrivá. Un milagro con una historia sorprendente.
Todo comenzó en Santiago de Chile, en junio de 2003, cuando el bebé José Ignacio Ureta Wilson fue declarado clínicamente muerto.