En Turquía, la expectación por la llegada del papa no era muy alta, por lo menos a nivel social. Algo que tiene sentido si hablamos del 99% de musulmanes que hay en el país. Muchos no entendían por qué estaban las calles cortadas, al preguntarles si sabían quién era León XIV no lo tenían muy ubicado y esto se ha notado mucho en los eventos que ha tenido el pontífice en el país. Una realidad que contrasta de manera drástica con el recibimiento que vimos ayer en Líbano y eso que no estuvo todo a favor para que así fuese. Al principio iba todo bien. Al papa lo recibió el presidente de la república con su esposa. Y a lo que hacíamos referencia justo antes es a este momento, cuando empezó a diluviar.