Este era el aspecto del Papa tras unas trece horas de vuelo desde Roma a Yakarta. Bajó, como suele hacer en los últimos años, en silla de ruedas. Antes había salido el nuncio del país, monseñor Piero Pioppo, a recibirle.
El recibimiento fue muy sencillo. Además de algunas autoridades locales estaba el arzobispo de Yakarta, el cardenal Ignatius Suharyo. Luego el papa Francisco se fue directamente a la nunciatura.