Como cada miércoles, el papa León XIV salió a saludar a los fieles que se encontraban en la Plaza de San Pedro para escuchar su catequesis semanal. Las palabras que dirigió esta vez se centraron en la esperanza que nace de la resurrección de Cristo y puso este ejemplo "Pensemos en una fuente de agua. ¿Cuáles son sus características? Apaga la sed y refresca a las criaturas, riega la tierra y las plantas, hace fértil y vivo lo que de otro modo permanecería árido. Da descanso al caminante cansado ofreciéndole la alegría de un oasis de frescura. Una fuente aparece como un don gratuito para la naturaleza, para las criaturas, para los seres humanos. Sin agua no se puede vivir."