La reconstrucción de Notre Dame de París avanza en los últimos meses a pasos agigantados. En diciembre, el arzobispo de París bendijo el gallo dorado que después se subiría a lo alto de la aguja, a 96 metros del suelo. El antiguo quedó destrozado y se tuvo que realizar uno nuevo. Lleva reliquias salvadas del incendio y los nombres de las 2.000 personas implicadas en las obras.