Lo que ha pasado esta mañana en Estambul ha sido la imagen del día. León XIV ha visitado la Mezquita Azul y, aunque en su agenda estaba previsto un momento de oración, ha roto con la tradición y ha declinado la invitación de rezar en este lugar de culto musulmán. El papa, como cualquiera que entra a una mezquita, se descalzó en señal de respeto. Estuvo en ella casi media hora y, después, el muecín, es decir, la persona encargada de llamar a la oración, explicó a la prensa que le dijo a León que era la casa de Alá y que podía rezar si quería.