Los católicos en Ucrania son menos del 10% pero su ayuda ha sido crucial para salvar vidas e impedir que miles de personas se quedaran sin un techo donde cobijarse. Además la red de contactos de la Iglesia ha sido útil para traer ayuda humanitaria y logística. No solo comida o medicinas: también coches. Otras instituciones como Ayuda a la Iglesia Necesitada informan en su web que han destinado más de 16 millones de euros destinados a la reconstrucción de Iglesias y ayuda a la formación de seminaristas o novicios. La educación, en lugares donde hay guerra, suele ser una de las áreas que más se abandona.