Hace 10 años, por primera vez en la historia, un sacerdote asesinado por la mafia italiana fue beatificado. Se llamaba Pino Puglisi y trabajaba en los barrios dominados por la mafia en Palermo. Fue asesinado en 1993, pero su labor continúa en el centro que fundó.
El padre Puglisi fue conocido por denunciar a la mafia. Animaba a sus feligreses a no dejarse dominar por ella. Pero también evitó involucrarse con la mafia, negándose a aceptar sus donaciones para la reconstrucción de la iglesia parroquial.
El padre Puglisi era perfectamente consciente del riesgo que corría. Tanto es así que al ver a su asesino lo recibió con una sonrisa y le dijo: “Me lo esperaba”. Su proceso de canonización sigue en marcha, por lo que en el futuro podría ser declarado santo.