Es tradicional que el papa imparta un discurso de inicios de año con los más de 180 embajadores acreditados ante la Santa Sede. Es el discurso político del año en el que el pontífice afronta los grandes desafíos del mundo actual.
Comenzó lamentando la falta de paz, sobre todo tras el último gran conflicto entre Israel y Palestina. Criticó con dureza el aborto y prácticas como la del vientre de alquiler. Dijo que atenta contra la dignidad tanto de la madre como del hijo.
El pontífice también criticó otras cuestiones como la ideología de género. Dijo textualmente que es “peligrosísima” porque al intentar hacer a todos iguales termina borrando las diferencias.