Durante el vuelo de vuelta de Marsella a Roma, Francisco respondió, como hace habitualmente, a los periodistas. Habló de los migrantes y, concretamente, le preguntaron si había fracasado en su llamamiento a la solidaridad para que sean acogidos.
El papa también abordó temas relacionados con el propio viaje, como su encuentro con el presidente francés, Emmanuel Macron, y la próxima ley del país sobre la eutanasia.
Le dije mi opinión: con la vida no se juega, ya sea la ley de no dejar crecer a un niño en el vientre de su madre, la ley de eutanasia en la enfermedad o en la vejez, esto no digo que sea una cosa de fe, es una cosa humana, humana; ahí está la fea compasión.