El Papa mantuvo un emotivo encuentro con enfermos en la basílica de Jesús Nuevo de Nápoles.
Unas 800 personas asistieron a esta cita con el Papa. Les explicó que es difícil acercarse a un enfermo porque nos recuerdan la enfermedad que todos llevamos dentro.
"Cuando hay enfermedades para toda la vida, cuando estas enfermedades marcan toda la vida, preferimos esconderlas porque visitar a un enfermo es ver la propia enfermedad, esa que llevamos dentro”.
Francisco les dijo además que sólo es posible acercarse al misterio de la enfermedad si se mira a Cristo crucificado.