Un grupo armado irrumpió la noche del 4 de agosto en un orfanato en Kenscoff, al sur de la capital, Puerto Príncipe. Allí secuestró a nueve personas, entre ellas, una misionera irlandesa, siete trabajadores haitianos y un niño de tres años con discapacidad. El ataque ocurre en un contexto de creciente violencia en Haití, donde las bandas armadas dominan gran parte del territorio y la policía carece de recursos para contenerlas.