Han pasado casi tres décadas desde el genocidio en Ruanda y el peso de la culpa aplasta a los descendientes de los hutus. Esta tribu desencadenó una persecución contra los tutsis y algunos de sus descendientes ahora son mal vistos. Viven con el peso de la culpa de sus padres.
Entre otras iniciativas de reconciliación, se implementaron las cortes Gacaca. Un proyecto a través del cual se selecciona a una persona con autoridad en el pueblo. Esta deberá escuchar el testimonio de personas que se arrepienten de lo que hicieron durante el genocidio y tratará de buscar el modo de que puedan reparar el dolor causado.