El Papa ha puesto punto final al parón de 16 días que le llevó a esta pequeña localidad. Al salir, hablando con medios italianos, dijo que fueron unas “vacaciones con trabajo”. Puede que razón no le falte.
A lo largo de estos días no faltó actividad diplomática: recibió al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Y habló por teléfono con el primer ministro israelí y con el presidente palestino a raíz del ataque a la parroquia católica de Gaza. Donde sí parece que se le vio más relajado, o por lo menos con una actitud menos institucional y más pastoral, fue en los continuos encuentros que mantuvo con los vecinos.