"Hoy se cumple el 80º aniversario del bombardeo atómico de la ciudad japonesa de Hiroshima. Y dentro de tres días recordaremos el de Nagasaki. Quiero asegurar mi oración por todos aquellos que sufrieron sus efectos físicos, psicológicos y sociales. A pesar del paso de los años, esos trágicos acontecimientos constituyen una advertencia universal contra la devastación causada por las guerras y, en particular, por las armas nucleares."