El último encuentro de León en Turquía fue dedicado a la comunidad ortodoxa en uno de sus días más importantes: San Andrés. El patriarca es el sucesor del apóstol que fue hermano de San Pedro. Y por eso este encuentro entre los dos líderes estuvo tan cargado de simbolismo. El patriarca reconoció que había cuestiones teológicas abiertas entre las dos iglesias que impedían una plena comunión. Pero al mismo tiempo reconoció la importancia de que, a pesar de esa separación, los líderes cristianos alzaran la voz por la paz en este período.