En su visita a Turquía, el papa no tenía previsto ir a Santa Sofía, posiblemente, por un gesto de prudencia y por esa reconversión de lo que fue un templo cristiano a uno musulmán el pasado 2020. A la que sí se acercó fue a la Mezquita Azul. Allí, realizó una visita que ha durado una media hora. El pontífice rompió con una tradición que habían seguido Benedicto XVI y Francisco: rezar dentro de la mezquita. Aunque estaba previsto en su agenda, el Papa declinó la invitación cuando se la ofrecieron y prefirió continuar con el recorrido. Lo que sí hizo fue descalzarse para entrar en el lugar de culto en señal de respeto.