El 16 de agosto varios grupos islámicos quemaron 21 iglesias en Pakistán. También profanaron templos y organizaron varias manifestaciones contra ellos.
Lo que originó esta reacción tan agresiva fue una acusación de blasfemia contra Saleem Masih, un cristiano que presuntamente arrancó páginas del Corán y escribió contra Mahoma. Sin embargo, la acusación parece contradictoria: el joven Masih es analfabeto.
La situación de Pakistán es compleja. Los cristianos son solo el 1,6% de la población y están muy expuestos a sufrir abusos por la acusación de blasfemia. En el día a día muchos cristianos experimentan discriminación e incluso persecución. Y los casos de Faraz o Salem no son los únicos. Se suman a otros famosos como los de Ashfaq Masih o Asia Bibi.